El empresariado tiene que entender de una vez que hay que donar más y no porque sobra

12 de agosto de 2013
Externas

Hasta octubre de 2009, la política tributaria chilena incentivaba la destrucción de alimentos que no podían ser comercializados, ya fuera por tener una etiqueta torcida, un golpe en el envase o próximos a vencer.  Siete años le costó a Carlos Ingham, socio de Linzor Capital, cambiar esta realidad y crear el primer banco de alimentos en Chile. «Partimos de cero, sin ninguna empresa que aportara alimentos  y hoy tenemos 119 instituciones sin fines de lucro en Red Alimentos y 60 que están en lista de espera», cuenta Calú, como lo conocen sus cercanos.

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