“Se tiende a pensar que en Chile no hay gente que sufre hambre, y sí la hay”

31 de enero de 2024
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Revista Paula, La Tercera, 30 de enero de 2024.  “No le cambiamos la vida a la gente, pero sí les entregamos algo tan mínimo para su bienestar como lo es comer”, cuenta María José Vergara, gerente de gestión social de Red de Alimentos en entrevista con revista Paula, La Tercera. Hoy, y ante un contexto económico más complejo, esta organización sin fines de lucro se encuentra en una cruzada intensa para transformar el modelo alimentario del país.

“Nada sobra” es el lema de la organización que este año cumple 14 años operando en Chile pero cuya historia data de tiempo atrás. Los bancos de alimentos nacieron en 1967 en Estados Unidos, pero fue recién en 2010 cuando se constituyó formalmente en nuestro país gracias al argentino Carlos Ingham, su fundador. Su objetivo era unir a empresas y personas en situación de vulnerabilidad por medio del rescate de alimentos, pañales y productos de higiene que de otra manera serían eliminados, impactando no solo en lo social, sino también en lo medioambiental y en lo económico.

La problemática era y es real. El panorama global es alarmante: según datos de la FAO, alrededor del 30% de los alimentos se pierden, lo que representaría alrededor de 1.300 toneladas al año. Y no solo eso: se calcula que cerca del 8% de los gases de efecto invernadero son generados por el descarte de alimentos. En Chile, no hay cifras oficiales de cuánto se desecha, pero en el breve periodo de operación, Red de Alimentos ya ha rescatado más de 75 millones de kilos de alimentos y productos, trabajando con 216 empresas y beneficiando a más de 250 mil personas vulnerables en los últimos 12 meses. Sus metas al futuro son aún más ambiciosas.

María José Vergara advierte que hoy el sistema alimentario tiene el desafío de ser sostenible, global e inclusivo, y que para ello, como país debemos atender las oportunidades de mejora que existen. Sin embargo, señala que si bien sabemos que hay personas que no tienen acceso a alimentos actualmente, hay cierta incredulidad en Chile de que existe gente que no tiene para comer. “Se tiende a pensar que en Chile no hay gente que sufre hambre, y sí la hay”, indica. Entre esta gente muchas veces se encuentran migrantes, personas mayores, y jefas de hogar solas. “Debemos migrar a un sistema alimentario que sea inclusivo, y modelos como el que tenemos en Red de Alimentos generan esa equidad que el sistema necesita”, dice.

Para transformar el modelo alimentario en uno más equitativo, para María José Vergara la clave está tanto en las personas como en las empresas. Mientras las primeras deben comprometerse en generar conciencia y educación en sus propias casas respecto de la necesidad de alimentarse bien y en base a la temporada, las empresas deben ser capaces de ver a organizaciones como Red de Alimentos como un engranaje más de la máquina que significa alcanzar el desarrollo sostenible, dice. Para ello, deben visibilizar sus ineficiencias y transformarlas en oportunidad y así evitar el desecho de sus productos y ocupar las herramientas existentes para avanzar hacia un sistema más equitativo, donde esas mermas puedan ser consumidas por personas que las necesitan.

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